Leemos opiniones sobre la occidentalización de la medicina china, la pérdida de su esencia, la falta de estudio de sus clásicos, la formación inadecuada en occidente… Pero si lo miramos fríamente, hay un factor que ha permitido que la medicina china perviva en la actualidad con la misma fuerza e intensidad que en sus orígenes… se ha adaptado a cada época. Se descubrió el metal y las agujas dejaron de ser de piedra, se incluyó la corriente a la acupuntura creando la electroacupuntura, los conocimientos anatómicos para la craneopuntura y así cientos de ejemplos.
Pero no sólo los descubrimientos han influenciado en la evolución de la medicina china, también la sociedad ha evolucionado y muchas de las prácticas de hace 4000 años ya no son aceptadas en la actualidad, igual que sucede con tratamientos de la época hipocrática que ya no son aceptados en occidente.
Entonces ¿Por qué no adaptarse a lo que se conoce como práctica basada en la evidencia (PBE)?
La PBE comprende la integración de la competencia clínica individual, con la mejor evidencia científica y el contexto del paciente. En el contexto actual, los buenos médicos usan tanto la experiencia clínica individual como la mejor evidencia externa disponible y ninguna de las dos por separado es suficiente. Sin la habilidad clínica, la práctica puede llegar a estar supeditada a la evidencia; incluso una excelente evidencia externa puede ser inaplicable a o inapropiada para un paciente concreto. Sin la mejor evidencia actual, el riesgo es que la práctica quede rápidamente desfasada en perjuicio del paciente.
Así que podemos observar que la PBE se basa en tres pilares fundamentales:
“La PBE no es un "recetario" de medicina. Dado que requiere una aproximación de abajo hacia arriba que integra la mejor evidencia externa con la pericia clínica individual y la elección del paciente, no puede conducir a planteamientos literales de "recetario" al cuidado del paciente individual. La evidencia clínica externa puede informar, pero nunca puede reemplazar la pericia clínica individual, y es esta competencia la que decide si la evidencia externa se aplica al paciente particular y, si es así, cómo debe integrarse en la decisión clínica. De igual manera, cualquier recomendación externa de integrarse con la competencia clínica individual para decidir si es equiparable y cómo, con la situación clínica del paciente, sus problemas y preferencias, y por ello si debe ser aplicada. Los clínicos que temen los "recetarios" de medicina, se encontrarán en las barricadas junto a los defensores de la medicina basada en la evidencia”1
[1] Sackett DL, Rosenberg WMC, Muir Gray JA, Haynes RB, Richardson WS. «Medicina basada en la evidencia lo que es y lo que no es». Consultado el 9 de julio de 2017.
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